Cada vez son más los inversores que utilizan ETFs para complementar sus carteras de fondos de inversión, de ahí que muchos lectores nos pregunten sobre las ventajas e inconvenientes de este tipo de productos.
Antes que nada y para aquellos que no sepan lo que es un ETF, explicar que se trata del producto de gestión pasiva por excelencia (es decir, su cometido es el de replicar el comportamiento de un activo subyacente), y que mezcla la agilidad de la operativa con acciones (el ETF se compra y vende en los mercados bursátiles como cualquier acción), con la capacidad de diversificación de los fondos de inversión.
Entre las ventajas de invertir en ETFs, destacaríamos:
– Costes más bajos: generalmente los ETFs son productos que no implican una gestión, sino que su labor es la de replicar un índice, sector, materia prima… Esta ausencia de gestión hace que sus costes internos sean considerablemente más bajos que los de un fondo de inversión que sí haga gestión.
– Diversificación: los ETFs nos permiten diversificar nuestras inversiones, ya que el hecho de poder replicar un índice concreto, una zona geográfica o un sector, hace que estemos diluyendo el riesgo de nuestra inversión.
– Operativa sencilla y ágil: comprar un ETF requiere la misma operativa que comprar cualquier acción, lo que hace que sea muy fácil y rápido incorporar este tipo de productos en una cartera de inversión. De igual manera, si queremos deshacer posiciones, estas se venderán de inmediato en el mercado en cuestión, al precio al que el ETF cotice en ese momento.
Entre los inconvenientes de invertir en ETFs, destacaríamos:
– Ausencia de gestión: sin bien el hecho de ser productos de gestión pasiva, hace que sean productos con costes internos bastante reducidos, esto es algo que lógicamente va en detrimento de la gestión, por lo que debemos de tenerlo en cuenta. Es por ello que hay que tener cuidado del momento del mercado en el que se toman posiciones, ya que en el caso de hacerlo en momentos de corrección del mercado, las caídas del ETF serán proporcionales a la caída del activo que replica. Es decir, el hecho de no tener gestión, hace que los ETFs tengan el mismo riesgo que el mercado.
– Fiscalidad: los ETFs no son traspasables como los fondos, por lo que para cambiar de un ETF a otro, hay que vender y luego comprar, con el consiguiente impacto fiscal en el ejercicio.
– Volumen: Es un factor a tener en cuenta a la hora de operar en ETFs, ya que si bien cada vez hay más volumen de negociación en el campo de los ETFs, puede haber ETFs muy concretos que tengan un volumen de operaciones muy reducido, lo que hace que las horquillas sean amplias. Además, el hecho de que muchos ETFs coticen en distintos mercados, hace que sea muy importante la elección de la bolsa adecuada para comprarlo.
Para cualquier duda o consulta, estaremos encantados de atenderles en nuestra oficina en Zurbano 34, Bajo Exterior Derecha. Puede concertar cita gratuita llamando al 915 48 33 14.
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