A la hora de configurar una cartera de inversiones, hacemos especial hincapié en que hay dos factores fundamentales a tener en cuenta: el horizonte temporal de la inversión y el perfil de riesgo del inversor.
El horizonte temporal de la inversión, es el plazo o plazos que tendrá en teoría la inversión propuesta. Esto nos dirá, qué nivel de riesgo o volatilidad es el adecuado para cada tramo de la cartera. Es decir, cuando un inversor se sienta ante nosotros en la mesa, lo normal es que disponga de un capital para invertir y de una serie de objetivos y necesidades para dicho capital (pagar los estudios de nuestros hijos, tener una mejor jubilación, regalarse un viaje para navidad, etc.). Este tipo de necesidades de capital, se dividen entre necesidades a corto, medio y largo plazo, y cada una de ellas tiene una determinada volatilidad o riesgo máximos que un buen asesor financiero debe de tener en cuenta. Para un horizonte temporal de corto plazo, nuestra recomendación es la de contratar productos con volatilidades muy bajas o nulas, con el objetivo de proteger capital ante todo. Sin embargo, a medida que el horizonte temporal va aumentando, se pueden ir incorporando productos con mayor volatilidad y que a cambio nos proporcionen mayores rentabilidades.
Ajustar las carteras al horizonte temporal, nos ayudará a que en los momentos que necesitemos rescatar nuestra inversión, esta pueda haber sido productiva.
El perfil de riesgo del inversor por su parte, es la tolerancia a la volatilidad o fluctuación de la inversión. En función de este dato, un inversor puede ir desde un perfil conservador, que es aquel que no está dispuesto a tolerar fluctuaciones y por tanto pérdidas, hasta un perfil agresivo (pasando por moderado y por equilibrado), que es aquel que sí tiene capacidad y tolerancia para asumir fluctuaciones importantes en su inversión. Lógicamente, cuanto mayor sea la tolerancia al riesgo de un inversor, mayor será la potencial rentabilidad que puede ganar a largo plazo, pero también serán mayores las pérdidas a las que se expondrá en momentos de caídas de los mercados.
Ajustar las carteras al perfil de riesgo del inversor, nos ayudará a que nuestra cartera reaccione a los acontecimientos positivos o negativos del mercado en una manera que nos sintamos cómodos.
En nuestra opinión, definir correctamente tanto el horizonte temporal de una inversión, como el nivel de riesgo deseado, son claves para poder afrontar momentos de incertidumbre y correcciones en los mercados como el actual, de una manera más adecuada, y que nos permita por tanto, tomar decisiones meditadas y racionales. Se podría decir, que tener una cartera bien configurada, debería contribuir a proporcionarnos la tranquilidad necesaria como para no dejarnos llevar por el miedo y que ello provoque una mala toma de decisiones.
Para cualquier duda o consulta, estaremos encantados de atenderles en nuestra oficina en Zurbano 34, Bajo Exterior Derecha. Puede concertar cita gratuita llamando al 915 48 33 14.
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